La alimentación energética cambió mi vida
Empezar mi blog con este artículo me toca de manera muy personal.
He sufrido eczemas dishidróticos desde los 14 años. Ese mismo año comencé a utilizar una crema a base de corticoides y continué haciéndolo hasta 2014.
En 2014 comencé a estudiar Macrobiótica. Una filosofía de vida que involucra muchos aspectos de la alimentación. Uno de ellos, el que más me afectó y que acabó por dar un giro definitivo a mi vida, fue la recomendación que se hace de evitar el consumo de solanáceas (tomates, pimientos, berenjenas y patatas).
Recuerdo que era el mes de junio y la temporada de esas hortalizas acababa de empezar. Siempre había sentido que las berenjenas me provocaban picoren la boca, por lo que nunca abusé de su consumo, pero los tomates … Eso era harina de otro costal. ¡¡Amo los tomates!! Y, aún así, me abstuve de consumirlos todo ese verano. Al fin y al cabo había decidido darle una oportunidad a esta dieta por muchas otras razones que me encantaban.
Seguí sin consumir solanáceas durante los meses de otoño (lo cual debería ser normal, ya que NO es temporada) y llegó el mes de febrero. Además de mi cumpleaños, ese mes mi familia y yo viajábamos todos los años a Madrid. Teníamos una galería de arte contemporáneo y durante muchos años acudíamos a exponer a ARCO (la feria de arte contemporáneo más importante de España). Te cuento esto porque para mi piel era una pesadilla. El aire seco de las ferias, las moquetas, el frío y, lo que era peor, el polvo. Si no utilizaba doble capa de guantes de algodón y las cremas con corticoides, mi piel empezaba a picar y en un solo día ya no podía doblar los dedos sin que se abrieran grietas y sangrara. De cualquier modo, al acabar ARCO mis manos estaban inflamadas… excepto ese año.
Menuda sorpresa y que inmensa alegría descubrir que las mismas circunstancias ya no provacaban brotes de eczemas con picores insoportables. Pero, espera, lo de los eczemas, los brotes, los picores, las alergias y la cortisona, ¿no era crónico?, ¿cuántas veces había recibido este pronóstico?, ¿ya no era alérgica al polvo o los detergentes?
Pues no, ya no lo soy. Cambié las circunstancias y cambió el resultado. Hoy en día friego y limpio sin guantes, y esto no supone ningún problema, excepto… si es verano y abuso de los tomates, los pimientos o las berenjenas.
Casi 30 años para descubrir que había vivido engañada y que podía controlar mis brotes de eczemas.
¿Qué son las solanáceas?
Ese descubrimiento en “piel” propia me llevó a investigar qué relación guardan las solanáceas con algunas enfermedades de la piel como eczemas (dermatitis) o psoriasis.
En 2017 se llevó a cabo un estudio con 1206 pacientes afectados por psoriasis y el 52’1% vio cómo su piel mejoraba al eliminar esas hortalizas de su dieta
La familia de las solanáceas es extensísima y, en su mayor parte, no son comestibles. Las más conocidas son el tomate, la patata, la berenjena y el pimiento, pero pertenecen a la misma familia las bayas de goji, los chiles, la ashwaghanda, el tabaco y la belladona.
La relación de algunas de ellas con los problemas de piel o con otros problemas de salud se derivan de algunos de sus fitoquímicos, como la solanina o de su contenido en salicilatos e histamina
Salicilatos
Los salicilatos presentes en las solanáceas o en medicamentos como la aspirina, deben ser metabolizados por el hígado para poder ser eliminados del cuerpo a través de la orina o las heces. En el caso de que el problema con las solanáceas fuera su contenido en estas sustancias, también tendrías un problema con las aspirinas, y, en este caso, sabrías que lo que no funciona al 100% es la fase 2 del sistema de detoxificación del hígado. Para saber cómo actuar en este caso sería conveniente que visitaras a una nutricionista funcional. Aquí puedes pedir una cita gratuita de valoración conmigo.
Solanina
La solanina es un glucoalcaloide que, en grandes cantidades, puede resultar tóxico. Para intoxicarse verdaderamente habría que comer inmensas cantidades de estos alimentos, pero si, como yo, eres una persona sensible a esta sustancia, pues te puede afectar en cantidades menores
Histamina
Por último la histamina. El consumo de solanáceas provoca en tu cuerpo una cantidad de histamina mayor de la que puede metabolizar y eliminar, de ahí que se produzca una histaminosis. Algunos síntomas pueden ser urticaria, picazón, hinchazón, náuseas, palpitaciones, aumento de la presión arterial, ansiedad y otros síntomas gastrointestinales . En este caso tus eczemas pueden estar indicando una deficiencia de la enzima que procesa la histamina, se llama diamino oxidasa, y la buena noticia es que puedes encontrarla en forma de suplementos.
Todo lo que te he contado hasta aquí de las solanáceas es independiente de una alergia alimentaria, ya que las inmunoglobulinas que se presentan en cada caso son diferentes.
Dieta de eliminación
Si quieres saber si debes eliminar este conjunto de alimentos de tu dieta te diría que…no. Lo ideal sería averiguar porqué te producen problemas, en caso de que lo hagan.
Para ello sí que puedes hacer una prueba de eliminación y no consumirlos durante al menos 1 mes o 2. Observa qué sucede con tu cuerpo. Puede que notes menos inflamación o mejores digestiones o, finalmente,. que tus brotes de eczemas o psoriasis se vayan controlando. Si sucede alguna de etsas cosas, deberías seguir investigando para averiguar por qué estas verduras son un problema para ti.
Para acabar te diré que estas hortalizas no tienen por qué ser un problema para ti, pero sí que te recomiendo que sigas una dieta basada en productos frescos, de temporada, de km0 y ecológicos. Así no sólo protegerás tu salud, también la de la Madre Tierra
Hasta pronto